viernes, 20 de mayo de 2011

La más grande del mundo.

Tiene una sonrisa graciosa, unos ojos pequeños y la cara arrugada por la edad. Le fallan las piernas y la edad no perdona, a veces tiene la cabeza en mil sitios y alguna vez que otra dice alguna cosa sin sentido. Es graciosa, siempre sabe sacarnos una sonrisa. Se preocupa a todas horas por la gente que más quiere, y no hay ni día que yo no me preocupe por ella. Me gusta tanto cuando se sienta en el sofá y se pone a reñir, no nos da miedo, nos hace reírnos y ella misma se ríe. Reza y me pone velas para que tenga suerte y no me pase nada aun sabiendo que yo en esas cosas no creo. Me gusta que me haga mi comida favorita a cualquier hora del día. El olor de su colonia se queda siempre en mi nariz, y me gusta... Me encanta ayudarla a conjuntar su ropa y más me encanta que me pida opinión a mi. Disfruto tiñendo sus canas y lavándole después el pelo. Quiero oír su risa siempre, sé que no me cansaré nunca. Para mi es la mejor persona que he visto en la vida y la quiero por encima de cualquier cosa y más que a nadie en este mundo, y siempre será así. La verdad que no sé que será de mi el día que se vaya. Creo que se llevarán media parte de mi... o quizá más.

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