miércoles, 9 de febrero de 2011

Ahora me doy cuenta de que eran buenos tiempos.

Lo reconozco te perdí, eché a perder todo hasta el último momento. Y te extraño, mucho, con mucha frecuencia. No, no me sirve verte a diario, no me ayuda a pasar página o a cerrar el libro. Pero te prometo que ganas no me faltan, que tengo las mismas ganas de besarte como de olvidarte. Si te cierran puertas, tranquilo, yo como una imbécil te terminaré de abrir las de mi corazón.



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